En una misma semana coincidí con 4 mujeres que tenían algo en común, la cesárea:
La segunda, es una mujer embarazada de su segundo bebé. El primero nació por cesárea en la misma clínica, dilató todo lo que pudo sin epidural y a 7 de dilatación no podía más y la pidió. Al cabo de una hora y media con la epidural, y además con el mismo tiempo en dilatación completa, el ginecólogo le dijo que no esperaba más, y aunque todo estaba bien con el bebé, le hizo una cesárea.
Ahora lo que más desea es parir vaginalmente a su bebé con tiempo y ya le están hablando con 20 semanas de hacerle otra cesárea.
Es curioso como algunos ginecólogos no conocen que las sociedades científicas a las que pertenecen, establecen unos protocolos de tiempos de parto que como mínimo deberían respetar, sin mirar el reloj, además de la posibilidad del parto vaginal después de cesárea.
Pués no, ya le están diciendo que si no pudo parir la primera vez, ahora tampoco… increíble… la falta de apoyo y actualización…o se trata de otros motivos?
Creo que en el fondo no se plantean de veras lo que están haciendo con su trabajo, las consecuencias en todos los aspectos de manejar así a las mujeres y a sus bebés,
induciendo o programando, con impaciencia y sin resolver saludablemente los casos.
Tampoco disculpo a las comadronas que forman parte de este maltrato obstétrico, que trabajan robotizadas y sonrien, anulando con su silencio a las mujeres.
La tercera es una mujer que hace unos años tuvo una cesárea urgente a las 33 semanas, y que su segundo embarazo ha culminado en un parto natural largo y muy trabajado en el Hospital Pius de Valls, con su periné intacto sin ningún punto, y siendo uno de los trabajos de parto duros y difíciles que he asistido y recordaré.
Es la fuerza de una mujer , que ha vivido anteriormente el estrés traumático de la cesárea urgente y de la separación de su primer bebé durante dos semanas, y que parió con toda su fuerza para poder reunir pronto a su família.
En este caso trabajamos con una ginecóloga que apoyó el caso y respetó toda su evolución alentando y felicitando a la mamá tras conseguirlo. Gracias Dra Wong y a todo el equipo de ginecología del Hospital Pius de Valls, que se esfuerza en que las mujeres tengan partos respetados.
La cuarta es una mujer que ha escrito en el blog, diciéndome que después de 16 horas de parto y terminar en cesárea, le podían haber practicado directamente una cesárea, y ahorrarse sufrimiento.
El trabajo de parto siempre es un gran esfuerzo y es cierto que no siempre termina como nos gustaría.
Me acuerdo que cuando empecé a ejercer y sucedía una situación así, me preguntaba … porqué, porqué … mil veces!
Ahora lo vivo entendiendo que, si hemos acompañado respetando la fisiología y no puede ser un parto por via vaginal, entonces bienvenida sea la cesárea en trabajo de parto, porque hay bebés que necesitan nacer por cesárea, que también es una hermosa forma de nacer, cuando es respetada y necesaria.
Es mucho mejor una cesárea en trabajo de parto que una programada.
Os explico porque:
- Las contracciones uterinas adelgazan el segmento inferior del útero, donde se realiza la incisión, y en consecuencia la el sangrado és menor y la cicatrización más rápida y efectiva.
- El trabajo de parto libera hormonas que impregnan al bebé y le preparan para la adaptación a su vida extrauterina. Os recomiendo la lectura de la entrada del blog «Mi querida oxitocina«, para conocer la importancia de los efectos de la oxitocina en el bebé.
- Las contracciones disminuyen las posibilidades de que el bebé tenga problemas respiratorios que padecen muchos de los nacidos por cesárea, no solamente tras el nacimiento, sino toda su infancia.
- Desde un punto de vista bacteriológico, existe una diferencia fundamental entre el nacimiento vaginal y el nacimiento por cesárea. La flora intestinal de un bebé nacido por cesárea es diferente de la que habría tenido si hubiera nacido en condiciones fisiológicas y la influencia de la manera de nacer en la respuesta inmunológica se detecta durante mucho tiempo.
- Las mujeres que experimentan trabajo de parto antes de la cesárea tienen menor incidencia de depresión postparto.
- La producción de oxitocina y las contracciones de parto facilitarán la aparición de prolactina después de la cesárea, es decir, es más fácil el éxito de la lactancia materna en cesáreas con trabajo de parto previo, que en las cesáreas programadas.
Y algo muy importante, el primer acto libre debería ser el nacimiento.
Nuestra forma de parir y nacer es un reflejo de nuestra sociedad, de como nos relacionamos, de como nos alimentamos, de como nos amamos, de como vivimos y de nuestra libertad de elección y aceptación de la vida.