Aunque os pueda parecer extraño, me siento afortunada y poderosa de haber pasado un aborto natural en casa. Por eso, os quiero contar mi experiencia.

Empecé teniendo pérdidas que iban aumentando a medida que pasaban los días. Al cabo de una semana empezaron los dolores de regla y decidimos ir al hospital para que me hicieran una ecografía. El ginecólogo me dijo que el embrión se había quedado pequeño, que no crecía, pues yo ya estaba de 2 meses y el embrión era de 4 semanas.  Me aconsejó que en 3 días volviera al hospital, que me darían la píldora vaginal para provocar el aborto si mi cuerpo aún no había expulsado al embrión. Me fui a casa pensando que yo no quería que me provocaran el aborto, que mi cuerpo era sabio y que ya lo expulsaría por sí solo. Además sentía que ese ser de 4mm se iría cuando quisiera, no cuando dijeran los médicos …

Ese mismo anochecer comencé a sentir pequeñas contracciones (como un inicio de parto) que cada vez eran más seguidas… Cada 3 ó 4 minutos, un rato corto, tenía que cambiarme la compresa, pues mi cuello del útero era como un grifo que se abría, salía un chorro de sangre y se cerraba. Era la fuerza de mi útero sacando al embrión que había decidido no crecer. Mi madre preocupada me dijo que fuera al hospital pues temía una hemorragia. Yo sentía que meterme en un coche y después en un hospital era algo que no me apetecía en absoluto. Sólo quería estar tranquila.

Llamé a una amiga comadrona y me dijo que eso no era ninguna hemorragia, pues una hemorragia es como tener un grifo abierto que no para y muy cuantiosa. También me comentó que para que el aborto siguiera su curso tenía que estar relajada, sin ruidos, con luz tenue, como cuando estás de parto. Me encerré en mi habitación dónde estuve unas 3 horas sintiendo como latía el órgano más poderoso de mi cuerpo, mi útero, hasta que cesaron las contracciones y pensé que el aborto había finalizado. Ahora el grifo se abría cada hora en vez de cada 3 ó 4 min.

Al día siguiente seguía perdiendo sangre con pequeños coágulos y dolores punzantes y de regla. Al siguiente día también. Llamé otra vez a mi amiga comadrona. Ésta me dijo que a veces el aborto puede durar hasta 3 ó 4 días, que todavía tenía restos que iría sacando y que si no tenía fiebre no había necesidad de ir al hospital. La fiebre nos indicaría que hay infección, cosa que sería peligrosa.

Fueron 3 días de dolores de regla que iban y venían. Me fue muy bien una manta eléctrica aplicada en la zona de los ovarios y  los riñones. También se puede usar una bolsa de agua caliente o un saquito de semillas caliente. Masajear la zona de los ovarios y el útero con agua caliente de la ducha también me ayudó mucho. Al tercer día después del inicio del aborto saqué dos coagulos de la medida de una nuez, los dolores desaparecieron y la sangre fue menguando.

Me siento afortunada de haber pasado el aborto en casa, teniendo así la oportunidad de despedirme de ese ser a poco a poco. Creo que no hay necesidad de ir al hospital a que nos controlen el aborto si todo cursa de forma espontánea y sin signos de fiebre, dolor excesivo o hemorragia que no cede. Estoy segura de que si hubiera ido al hospital el 2º o 3er día después del inicio del aborto me hubieran hecho un legrado o una aspiración “por protocolo” con todos los riesgos y secuelas emocionales que eso conlleva. El cuello del útero es muy delicado, no dejemos que nos los abran y se nos metan dentro cuando no hay necesidad. Es un órgano sagrado.Conozco a mujeres que les han hecho un legrado o una aspiración y luego se han quedado con una horrible sensación de vacío y sumisión.

El cuerpo quiere su tiempo para adaptarse a los cambios. No le metamos píldoras para provocar contracciones, ni dejemos que nos aspiren ni nos raspen. Abramos los ojos mujeres, nuestro cuerpo especialmente nuestro útero,es el regalo más grande que nos ofrece la naturaleza. Me siento poderosa, poderosa de poder contar mi historia a todas las mujeres y a las de más abajo, a nuestras hijas. Animaros a confiar en vuestro cuerpo, a sentir esa fuerza que late en vuestro interior sin miedos.

Mujeres sintamos nuestros ciclos, partos, abortos.

Nuestro cuerpo es capaz de hacerlo todo por sí solo.

Éste sólo nos pide estar tranquilo para poder hacer su curso.

Espero que mis palabras ayuden a muchas mujeres.

Merecemos un aborto y un parto respetado.

Mucho amor.

María.